Paul Finn

Mi trabajo invariablemente comienza con una experiencia específica. Un paisaje visitado y recorrido, un lugar donde tal vez haya una fuerte atracción emocional, esto generará obras. Recientemente me he sentido atraído por la estructura de un paisaje, por patrones de campo y, por cierto, hemos organizado el campo. Estas experiencias, vistas y profundamente detectadas, iniciarán un largo proceso creativo, que es emocional, físico e intelectual. Mis pinturas no son relatos topográficos de lugares, son más bien, imágenes que son pintadas y recogidas en la tranquilidad de mi estudio.

Al igual que Bonnard, no puedo pintar directamente en frente de un paisaje, es imposible. Inicialmente hago pequeños dibujos del lugar que quiero pintar y luego, mucho más tarde, cuando estoy lejos del lugar, mi mente puede filtrar la información que no me sirve. Me encanta manipular pintura, y pinto desde el corazón generalmente en rápidos estallidos de energía. Me encanta la pintura al óleo y me gusta la forma en que hace las cosas que no quieres. Cuando estoy pintando, empleo una variedad de estrategias bastante sofisticadas para intentar lograr una cohesión visual y un equilibrio entre el realismo y la abstracción, la planitud y la ilusión. Disfruto dejando mis decisiones visibles en la superficie de cada pintura. Estoy extasiado cuando algo funciona, es algo mágico y a menudo no es lo que esperabas, y viene como resultado de ser abierto, natural y receptivo a la realización de la pintura. Cuando funciona, me pregunto de dónde viene, y no sucede todos los días